jueves, 8 de abril de 2010

ODISEA DE UNA CHICA DE OFICINA NO ESTREÑIDA



Empezaré por decir que jamás me pareció práctica la idea de los baños de las oficinas.
Es antideportivo.

Esto una vez más , al menos para mi buen criterio, no corresponde si no a la falta de preocupación, consideración y aprecio por el personal que usualmente tienen los dueños de las compañías: resulta sencillo tirarle uno o dos baños a la gente cuando se posee uno para su uso exclusivo, a puerta cerrada donde -tema de hoy que procederé a tratar más adelante- su defecación no será mas que un alivio para sus congestionados intestinos y no una odisea griega como puede resultar para otros: para sus peones.

Quién dijo que los baños públicos de oficina, aquellos que constan de uno o más cubículos dentro del mismo espacio y con aberturas en lo superior e inferior de la puerta resultaban algo INGENIOSO o inclusive PRÁCTICO?? Tienen que ser una vez más aquellas personas que quisieron ahorrarse el centavo, aquellas personas que creyeron que de esa manera no se complicaban pensando en una infraestructura de mejor calidad, porque por supuesto jamás se vieron los detalles.

Para ir uniendo ideas trataré algo más: el famoso ESTREÑIMIENTO femenino, del cual, irónicamente debo decir "desgraciadamente no formo parte", y digo desgraciadamente porque para el particular que voy a tratar no me es práctico aunque por regla general debería sentirme feliz de ser una persona sana. Al parecer serlo, defecar con regularidad y normalidad resulta en algo engorroso, avergonzante y poco común... cómico? no, más bien angustiante, frustrante diría yo...

Toda la vida escuché y miré comentarios y comerciales en los que se hablaba del estreñimiento femenino como algo común, no soy médico así que no puedo sacar deducciones de por qué esto parece ser algo común. En mi caso, una chica promedio que come normal, hace deportes, bebe agua y descansa como es lo usual, no lo es. Defeco a diario, lo digo con orgullo y defeco generosamente lo que me hace sentir bastante sana. Se que sonará algo un tanto desagradable, el tema de los excrementos no es muy bien visto hoy en día.

Pero, qué sucede cuando aparentemente resultas ser un bicho raro por ser una persona sana y defecar con regularidad? Sucede lo que me sucede a mi a diario en mi condenado trabajo muy sacrificado y mal pagado (para variar), donde he tenido que hacer estadísticas mentalmente (he llegado a pensar en la engorrosa y extrema medida de crear un Excel con estos datos para llevar un mejor registro del particular) de cuántas veces y en qué horas usualmente las damas de esta PRESTIGIOSA COMPAÑÍA, van al baño. Con qué fin?? Con el único que puede existir: con el que me exigen mis pobres intestinos, que quieren aliviarse con tranquilidad y no encuentran un resquicio cada vez que entro al baño a intentar hacerlo en paz.

He aquí mi rutina diaria:

-Desayuno, luego a las pocas horas mis intestinos hacen su trabajo y me piden el baño.
Desde mi puesto observo: el terreno esta abierto---vamos!
Si el terreno se ve lleno, volvamos más tarde (suspiro)

Una vez llegado al cubículo ansiado, coloco con mucha meticulosidad papeles alrededor de la taza luego de haberlo desinfectado con mi aerosol (parece que conmigo y mi bolso se puede ir a la guerra.. jaja) ... Una vez listo todo, procedo a bajarme los pantalones, y cuando estoy a punto de realizar lo necesario para aliviar mi cuerpo y mi alma... Pas! la puerta se abre, mete cambio, da retro. Frustración.

Cosa de todos los días.

Algunas veces tengo suerte y no entra nadie, lo hago con tranquilidad.
Si entran me dan ganas de matarlas, de decirles "lárguenese, que no ven que trato de hacer caca en paz? o quieren olerla acaso?!"... A buen entendedor, pocas palabras señores. Es obvio q si encuentras la puerta cerrada (lo he intentado varias veces pero no ha faltado una q toque con vehemencia la puerta sin siquiera pensar en lo lógico que ocurre al otro lado de la puerta -vamos que ni que fuera tan cínica para echarme una paja en medio del trabajo! jaja- ) hay algo q ocurre al otro lado que no quiere ser visto, escuchado y mucho menos olfateado. Es necesario escribir afuera un letrero que lea: "Persona haciendo caca, favor no molestar"???

Cuál es el problema en realidad? EL problema es la poca o nula aceptación (pese al conocimiento publico de que la defecacion es un acto humano normal) de la caca en público. El pís está OK. Todas entran hacen pís y se oye claro cada vez que lo hacen, se ríen y conversan en voz alta, sin preocuparse de tener el chocho o el culo al aire ... (no se por que pero al graficarme esto me imposibilito de poder hacer lo mismo que mis congéneres)

Pero alguna vez acaso escucho que alguien entra y hace caca y se rie y sale con normalidad?? Jamás. Al parecer soy la única que caga en esta endemoniada empresa.

Por ende me resulta incómodo dejar que suene el *pluc* de la caca cayendo a la taza, cuando hay otra gente en el lugar. Cosas locas? No lo creo. Es algo demasiado público, no hay privacidad.

Es una barbarie, y como ya lo he dicho, soy la única fémina, al parecer, cuyos intestinos parecen marchar bastante bien... Bicho raro? Locuras mías? He hecho la estadística : las damas de esta empresa no cagan señores, solo mean.


Alguna solución?
:s


att.


Chica sincera.